Visitamos el Glaciar de Bryksdal (Noruega), capaz de enfriar al mismísimo faraón que veíamos ayer
Conforme nos acercamos y adentramos en la lengua glaciar, el hielo va tomando tonalidades azules de intensidad creciente, casi fantástica. Ello se debe a su alta compresión y densidad, triple de la habitual en el hielo doméstico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario