sábado, 17 de agosto de 2013
viernes, 16 de agosto de 2013
Las joyas del Botánico
A nivel del mar, desde el muelle de Funchal, parte un impresionante teleférico que alcanza alturas vertiginosas sobre la ciudad, cuyas casas trepan la montaña aprovechando rincones inverosímiles. Al llegar al pueblo de Monte, a 560 m de altitud, nos espera el Jardín Botánico, con la ciudad y el mar a sus pies. Entrar en él es abrir un joyero lleno de sorpresas.
jueves, 15 de agosto de 2013
domingo, 11 de agosto de 2013
sábado, 10 de agosto de 2013
miércoles, 7 de agosto de 2013
Asuntos eclesiásticos
Los bizantinos anduvieron enredados a vueltas con el sexo de los ángeles, pero ¿y el sexo del Espíritu Santo? En esta peluquería de Funchal, lo han resuelto a su manera.
En la iglesia de Sao Vicente, para acceder a la nave central hay una puerta de madera labrada, buena para guardarla, pero al lado, aún más grande, hay un hueco diáfano. ¿Será esto parte del proceso de transparencia que anuncia Francisco? Este hombre despierta simpatía por ello. Aunque me parece que ciertas cosas no las cambia ni Dios (tampoco su representante).
Fotos: Madeiralunes, 5 de agosto de 2013
sábado, 3 de agosto de 2013
viernes, 2 de agosto de 2013
Mercado dos lavradores
Una visita obligada en Funchal es el Mercado dos Lavradores, donde cada mañana se despliega la rica cosecha que rinden el mar y la tierra a los madeirenses.
Predominan el besugo, el atún enorme y este monstruoso "alien" de las profundidades llamado "pez espada negro", que no se confunda con nuestro conocido "pez espada" o "emperador". El pez espada negro vive a más de 800 m de profundidad y sube a la superficie para alimentarse al amanecer, que es cuando lo capturan los pescadores madeirenses, tradicionalmente con unas cestas donde hay cebos de calamar. Luego es cocinado de forma exquisita y exótica, aprovechando los frutos de esta tierra generosa: al coco, al maracuyá, etc. Pescado y fruta es una combinación que hasta ahora no conocía; os puedo asegurar que, al menos en este caso, es deliciosa.
La bonanza del clima y la riqueza de la tierra volcánica dan frutos jugosos que yo desconocía
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