"Nunca segundas partes fueron buenas", según dice el conocido refrán. Una visita a los palacios de Sintra parece confirmarlo. Tras el esplendor del estilo manuelino del siglo XVI, en la segunda mitad del s. XIX y comienzos del s. XX, al igual que se extiende la moda neogótica en el resto de Europa, surge en Portugal una corriente historicista que rescata a su manera el estilo manuelino. Se trata de poner en valor aquel estilo propio como forma de afirmación nacional. Así surge el estilo neomanuelino. En los dos palacios de las siguientes fotos, a mi parecer (subjetivo, como el de cualquiera), se cae en el exceso y el mal gusto, potenciado por otras influencias de la época como el modernismo y el orientalismo. Todo junto componen "un buen pastel".
Palacio de la Peña (propiedad real):
Diríase que estamos en un nuevo parque Disney...
Puerta de las cuadras
El musgo se funde con la piedra, acentuando el aire fantasmagórico
Pozo para ritos iniciáticos masónicos
No hay comentarios:
Publicar un comentario