El conjunto artístico más notable que conocí en mi breve estancia en la capital lusa, es el Monasterio de los Jerónimos, en el distrito de Belém (a media hora en transporte público del centro de Lisboa). Data del siglo XVI, época de apogeo de los descubrimientos portugueses en ultramar, y es el mayor exponente del estilo gótico tardío portugués, denominado "estilo manuelino" en referencia al rey Manuel I (1495-1521), en cuyo reinado floreció. Es un estilo cargado de ornamentación, aunque aquí esta es moderada, sin caer en los excesos posteriores de otros edificios.
Este recinto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983. Su riqueza y esplendor no parecen acordes con el recogimiento y ascetismo que se supone a los monjes. Esto concuerda con el hecho de que fuera construido por orden real para celebrar el exitoso viaje a la India del navegante Vasco de Gama.
En una pared del claustro se encuentra la tumba de Fernando Pessoa, gloria de la poesía portuguesa. A modo de epitafio, están grabados estos versos suyos (traducción libre mía), que firmó con el heterónimo de Ricardo Reis:
Para ser grande, sé íntegro:
nada tuyo exageres o excluyas.
Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres
Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres
en lo mínimo que hagas.
Por eso la luna brilla toda en cada lago,
porque vive en lo alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario