En mi niñez todavía no había policías llamados locales, tampoco municipales, y mucho menos "uapos". Había guardias urbanos con sus correajes y cascos blancos, con aspecto de guerreros atemporales. Dirigían el tráfico al compás de sus brazos, cual directores de orquesta, marcando el ritmo a toque pito. Eran tan familiares que en algunos casos, hasta conocíamos sus nombres. Recuerdo a Mariló que fué, si no me equivoco, la primera mujer guardia urbana de Zaragoza, apostada entre el Banco de España y el Banco Zaragozano. También a un personaje del TBO: El urbano Ramón.
En Florencia los he reencontrado, con impermeables y carteras en bandolera, los urbanos.
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